5.4.
                                    La realidad cotidiana como escenario de la ficción
                                    
                                  
                                  Otro
                                    importante bloque de obras tiene su referente principal en la realidad
                                    cotidiana. Una estrategia común a estos autores es la de crear situaciones próximas
                                    a las vividas por los niños, así como personajes con los que estos se puedan
                                    identificar con facilidad, con el objetivo de proponer, desde el plano de la
                                    ficción, salidas que puedan serles de ayuda. Aunque este objetivo es común a
                                    las obras ambientadas en escenarios fantásticos y de aventuras, en el caso de
                                    las obras inspiradas en la realidad cotidiana, es más evidente la voluntad de
                                    crear un sentimiento de identificación en el niño y de convertir el escenario
                                    en un espejo de la vida real.
                                    
                                  
                                  Uno
                                    de los autores que defiende un teatro inspirado en la realidad más próxima a
                                    los jóvenes es Maxi de Diego, quien afirma:
                                    
                                  
                                  Como
                                    ya he apuntado, he querido aportar una visión de la realidad en la que el mundo
                                    de los jóvenes no fuera ajeno. Al fin y al cabo, el teatro iba a ser
                                    representado para ellos. ¿No se le pide demasiado a un alumno o alumna que empieza en el teatro cuando le situamos ante personajes
                                    alejados de su mundo por edad y experiencias? Para empezar, creo que es
                                    positivo acercar el teatro a su posibilidad de experiencia y, una vez hecha
                                    esta travesía, dar el salto
                                      
                                      [1]
                                      
                                      .
                                    
                                  
                                  En la
                                    realidad cotidiana se ambienta su obra Yo
                                      quiero ser joven
                                        
                                        [2]
                                        
                                        ,
                                    dirigida a adolescentes y tratada en clave próxima al realismo; en ella, los padres de un grupo de
                                    amigos, hartos de ser los criados de sus hijos, se rebelan contra esta
                                    situación. En La abuela de Fede y otras historias
                                      
                                      [3]
                                      
                                      ,
                                    también de Maxi de Diego, hay un intento de
                                    aproximación al mundo de los adolescentes: el autor emplea un lenguaje en el
                                    que aparecen expresiones y giros propios de esa edad, y utiliza referencias que
                                    les pueden resultar próximas (Celtas Cortos, Alejandro Sanz...). En este libro,
                                    el autor reclama la necesidad del compromiso social y de seguir creyendo en la
                                    utopía, y apela a la voluntad de los jóvenes para cambiar el mundo. El texto
                                    que da título al libro combina elementos fantásticos con otros extraídos de la
                                    cotidianidad: así, una abuela se conserva joven como una adolescente, debido
                                    tanto a su mentalidad luchadora como a un extraño pacto con un demonio chapucero. Monólogo de una joven estudiante con
                                      estrella aborda el sentimiento de tristeza y de soledad de la protagonista.
                                    En De día a la noche..., unas
                                    adolescentes preocupadas tan solo por su aspecto físico y por la diversión,
                                    descubren la existencia de otras chicas, habitantes de Sarajevo, con las vidas
                                    rotas por la guerra. La experiencia de la guerra cambia radicalmente el punto
                                    de vista de unas y otras. Finalmente, en Sólo
                                      sombras, un personaje no deseado se aparece ante un grupo de chicas que
                                    juegan a hacer espiritismo. Se trata del espíritu de una chica inmigrante a la
                                    que traicionaron y expulsaron de su grupo, cuya memoria viene a atormentarles
                                    en sus tardes de recreo.
                                    
                                  
                                  Si en
                                    la obra antes citada de Maxi de Diego, los padres se
                                    sublevaban contra la forma de vida que les obligan a llevar sus hijos, en Puntapié, de Ramón García Domínguez
                                      
                                      [4]
                                      
                                      ,
                                    son los jóvenes quienes muestran su necesidad de combatir el agobio que les
                                    produce asistir a los muchos cursos extraescolares a los que sus padres les
                                    apuntan. Para ello, deciden hacer una representación teatral ante sus padres,
                                    en la que expresan su agobio dando simbólicos puntapiés a las muchas
                                    asignaturas que tienen que estudiar. La enseñanza que se intenta transmitir no
                                    se dirige tanto a los niños como a los propios padres, ya que se reivindica más
                                    tiempo para el juego –en el que se incluye la propia actividad teatral- y menos
                                    para el estudio, presentando este último como algo aburrido y agotador.
                                    Mediante este argumento, se busca conseguir de forma fácil e inmediata la
                                    complicidad del niño, al tiempo que se lanza una crítica contra aquellos padres
                                    que dedican poco tiempo a sus hijos. En este caso, el autor ha procurado
                                    aproximar al máximo ficción y realidad, de forma que, si realmente un grupo de
                                    escolares realizara esta representación ante sus padres, el efecto especular
                                    sería evidente. Su estrategia comunicativa ha consistido en poner en boca de
                                    los niños, de forma explícita, aquello que él mismo ha querido decir a los
                                    padres.
                                    
                                  
                                  Los
                                    nuevos modelos de familia, alejados de los roles tradicionales, aparecen
                                    reflejados en Las aventuras de Viela Calamares, de Paloma Pedrero, Ana Rossetti y Margarita Sánchez
                                      
                                      [5]
                                      
                                      .
                                    La anécdota de esta obra viene dada por unos niños que buscan el telescopio de
                                    la madre de uno de ellos, y ante la imposibilidad de encontrarlo, deciden
                                    fabricar uno casero; sin embargo, más que la peripecia, importan las relaciones
                                    de amistad y de complicidad que se establecen entre los niños, y la
                                    presentación de una familia moderna, no convencional, en la que la madre se
                                    dedica a la astronomía. En Viela, Enriqueto y su secreto
                                      
                                      [6]
                                      
                                      ,
                                    de las mismas autoras, presenciamos al protagonista, Enriqueto,
                                    en el día de su cumpleaños; en este caso, el tema principal es el sentimiento
                                    de soledad del niño, que le acucia tanto cuando realmente está solo como cuando
                                    está en plena fiesta con sus amigos, y su intento de llamar la atención por
                                    todos los medios.
                                    
                                  
                                  Otra
                                    obra en la que se abordan problemas y sentimientos sacados de la realidad
                                    inmediata es Pelillos a la mar. (La historia de Anita Pelosucio), de Tomas Gaviro:
                                    en ella, como en la propia realidad, los comportamientos ni obedecen a pautas
                                    prefijadas ni están edulcorados
                                      
                                      [7]
                                      
                                      ;
                                    por el contrario, hay momentos en los que se roza la violencia e incluso en los
                                    que alguno de los personajes no siente ganas de llorar cuando se supone que
                                    debería ser así. Anita tiene desconcertada a su madre
                                    con su negativa a lavarse el pelo. Incluso su hermano, tozudo como ella, accede
                                    de vez en cuando a que le peinen su pelo de pincho, pero Anita se muestra implacable en su decisión. Además de su obstinación, ambos niños
                                    tienen algo en común: por primera vez se enfrentan a la muerte de un familiar,
                                    la Abuelita, y lo llevan a su modo, inventando nuevos juegos para sortear el
                                    dolor, rebelándose de forma irracional o estableciendo casuísticas que obedecen
                                    a una lógica distinta a la de los adultos. Como señala Sergio Herrero en su
                                    introducción, la enseñanza que se puede sacar de esta obra, más que a los
                                    niños, se dirige a los adultos: las distintas actitudes de Mamá y de Tía Rita
                                    muestran que la mejor forma de comunicarse con los niños no es precisamente
                                    mediante el autoritarismo, sino mediante la complicidad.
                                    
                                  
                                  La
                                    inmigración y su repercusión en la escuela es el tema de la obra de Montserrat
                                    del Amo Zuecos y naranjas
                                      
                                      [8]
                                      
                                      ,
                                    escrita en los tiempos en que éramos los españoles los que emigrábamos a
                                    Europa. En ella se aborda el primer día de clase de un niño español que acaba
                                    de emigrar con su familia a Dinamarca, y lo hace mediante un tratamiento
                                    ingenuo, algo idealizado, ya que los compañeros le ayudan con el idioma
                                    mediante notas escritas y sienten atracción por sus naranjas, por lo que le
                                    proponen intercambiarlas con objetos característicos de su país como son los
                                    zuecos.
                                    
                                  
                                  En La tela de araña, obra dirigida a un
                                    público adolescente, María Belén Camacho nos habla de la delincuencia juvenil,
                                    los ambientes marginales y la droga
                                      
                                      [9]
                                      
                                      .
                                    Los ambientes en que transcurre la acción –el interior de una chavola, un
                                    taller mecánico, una joyería y una calle de Madrid- nos dan idea del
                                    tratamiento realista con que la autora ha abordado esta obra. El consumo de
                                    drogas se presenta como algo íntimamente ligado a la necesidad de los jóvenes
                                    de demostrar que no son unos cobardes y que se atreven a probarla, así como a
                                    los ambientes pobres y marginales. La obra tiene una evidente motivación
                                    didáctica, que se muestra de forma explícita.
                                    
                                  
                                  También
                                    sobre la droga, aunque en este caso no tan ligada a la marginalidad como a las
                                    nuevas y muy extendidas drogas de diseño, trata La fiera corrupia, de Jesús Campos, a la
                                    que ya hicimos referencia al hablar de las obras inspiradas en los cuentos
                                    maravillosos, si bien varias de sus escenas se inspiran en la realidad
                                    cotidiana (los juegos en el parque, los bailes en la discoteca, la compra de
                                    las pastillas…). Esta realidad se presenta sin idealizar ni edulcorar, y su
                                    tratamiento oscila entre lo lúdico, lo poético, y en alguna ocasión, lo
                                    trágico, dependiendo de la escena. En este caso, la estrategia del autor ha
                                    consistido precisamente en contraponer escenas realistas con otras de
                                    ambientación fantástica, con el objetivo de mostrar al niño la distancia que a
                                    veces existe entre los cuentos y la realidad, además de ayudarle a desarrollar
                                    una mirada crítica hacia la ficción ilusionista y alienante que habitualmente
                                    se le muestra.
                                    
                                  
                                  El
                                    mundo de los concursos televisivos es el motivo en que se basa la obra de Anne Serrano 1,2,3 ¡Pon el mundo del revés!
                                      
                                      [10]
                                      
                                      ,
                                    donde se denuncia el poder de la televisión para anular la imaginación e
                                    imponer una forma estúpida y descerebrada de ver la realidad. La presentadora
                                    del programa, Lady Cútrez, hace todo lo posible para
                                    que los niños dejen de leer, de hablar entre ellos y de jugar, para
                                    convertirlos en adictos a la pequeña pantalla y al consumo:
                                    
                                  
                                  Lady Cútrez.- […] Mis muy queridos futurigrandes,
                                    la cutrevisión os convertirá en grandes-grandes cutrevidentes nada exigentes y en grandes-grandes
                                    compra-compra. Para eso está: 1, 2, 3.
                                      ¡Crece de una maldita vez! Sí, queridos futurigrandes,
                                    sí. ¡Sin cutrevisión el mundo estaría perdido!
                                    Porque, a ver: ¿qué íbamos a hacer a la hora de comer o de cenar? ¡Tendríamos
                                    que hablar! Hablar padres con hijos e hijos con padres. ¡Hablar! No, queridos futurigrandes, no. Nosotros vamos allí donde hay un futurigrande rebelde que lee demasiado, que juega más de lo
                                    debido, lo traemos aquí y sale transformado en un respetable cutreespectador!
                                      
                                      [11]
                                      
                                      .
                                    
                                  
                                  El
                                    sentimiento de soledad y la incomunicación que sufre la sociedad actual
                                    constituye el tema central de Telecosquillas, de Nieves Fernández
                                      
                                      [12]
                                      
                                      .
                                    En esta obra, un grupo de voluntarios atiende un peculiar “teléfono de la
                                    esperanza” al que llaman aquellos que se sienten solos para recibir cosquillas
                                    en su domicilio. La autora hace ver la paradoja que supone el que en la
                                    sociedad de las comunicaciones se dé un alto nivel de incomunicación y de
                                    soledad. El tratamiento es bastante esquemático, y el mensaje que se intenta
                                    transmitir no es otro que una defensa de la familia y de la tradición frente a
                                    un desarrollo tecnológico y unos cambios sociales que la autora considera
                                    perjudiciales para las personas.
                                    
                                  
                                  Pasarela Edumoda, de Koldobika G. Vío, es un conjunto
                                    de textos breves sobre diversos temas actuales y cotidianos, que se van
                                    presentando ante el lector o espectador como si un pase de modelos se tratara
                                      
                                      [13]
                                      
                                      ;
                                    entre estos temas se encuentra la animación sociocultural, el voluntariado, la
                                    ayuda a la tercera edad, las toxicomanías, el paro, la familia, la marginación,
                                    etc.
                                    
                                  
                                  Aunque
                                    no se trate de una obra realista, El gran
                                      traje (obra dirigida a espectadores de tres a seis años)
                                        
                                        [14]
                                        
                                         es una obra sobre la intimidad del niño, alejada de imaginarios fantásticos. Su
                                    autora, Julia Ruiz Carazo, confiesa que al escribirla quiso huir del imaginario
                                    de los cuentos de hadas:
                                    
                                  
                                  Tenía
                                    una idea clara: intentar hablar de su vida. Que estuvieran reflejadas distintas
                                    etapas de su crecimiento, que las acciones les fueran cercanas, que se hablara
                                    sobre los momentos importantes de su pequeña vida, y que no estuviera todo
                                    enmascarado con brujas, príncipes, hadas o casas encantadas.
                                    
                                  
                                  En
                                    ella se nos habla de los descubrimientos de una niña: las sensaciones, el
                                    lenguaje, las obligaciones, la necesidad de sentirse protegida, la consciencia de la muerte...; todo ello tratado con
                                    delicadeza, con humor y con ternura. Para reflejar las etapas del crecimiento,
                                    la autora crea una metáfora: un gran traje en el que habita una mujer, y en el
                                    que van apareciendo bolsillos nuevos, mientras que otros desaparecen y otros
                                    cambian de sitio o de tamaño. En esta historia, por tanto, los elementos
                                    cotidianos y próximos al niño predominan sobre los procedentes de la tradición
                                    fantástica.
                                    
                                  
                                  
                                     
                                  
                                 
                                
                                  
                                  
                                  
                                  
                                  
                                    
                                      
                                      [1]
                                      
                                       Maxi de Diego, “Introducción” a Maxi de Diego, La abuela de Fede y otras historias, Madrid, Ediciones de la Torre,
                                        2001, pág. 6.
                                        
                                      
                                   
                                  
                                    
                                      
                                      [2]
                                      
                                       Maxi de Diego, Yo
                                        quiero ser joven, Madrid, CCS, col. “Escena y Fiesta”, 2004.
                                        
                                      
                                   
                                  
                                    
                                      
                                      [3]
                                      
                                       Maxi de Diego, La
                                        abuela de Fede y otras historias, Madrid,
                                        Ediciones de la Torre, 2001.
                                        
                                      
                                   
                                  
                                    
                                      
                                      [4]
                                      
                                       Ramón García
                                        Domínguez, Puntapié, Madrid, CCS,
                                        col. “Galería del Unicornio”, 2000.
                                        
                                      
                                   
                                  
                                    
                                      
                                      [5]
                                      
                                       P. Pedrero, A. Rossetti y M. Sánchez, Las
                                        aventuras de Viela Calamares, Madrid, Santillana, 1999.
                                        
                                      
                                   
                                  
                                    
                                      
                                      [6]
                                      
                                       P. Pedrero, A. Rossetti y M. Sánchez, Viela, Enriqueto y su secreto, Madrid, Afaguara, col. “Alfaguara Infantil”, 1999.
                                        
                                      
                                   
                                  
                                    
                                      
                                      [7]
                                      
                                       Tomás Gaviro, Pelillos a la
                                        mar. (La historia de Anita Pelosucio),
                                        Madrid, ASSITEJ-España, 2004.
                                        
                                      
                                   
                                  
                                    
                                      
                                      [8]
                                      
                                       Montserrat del
                                        Amo, Zuecos y naranjas, Barcelona, La
                                        Galera, col. “Taller de Teatro”, 1994.
                                        
                                      
                                   
                                  
                                    
                                      
                                      [9]
                                      
                                       Obra incluida en
                                        el volumen: María Belén Camacho, Las
                                          andanzas de Don Quijote, Madrid, CCS, col. “Escena y Fiesta”, 2001.
                                        
                                      
                                   
                                  
                                    
                                      
                                      [10]
                                      
                                       Anne Serrano, 1, 2, 3
                                        ¡Pon el mundo del revés!, Madrid, Ediciones de la Torre, col. “Alba y Mayo
                                        Teatro”, 2000.
                                        
                                      
                                   
                                  
                                  
                                    
                                      
                                      [12]
                                      
                                       Nieves Fernández, Telecosquillas,
                                        Madrid, CCS, col. “Escena y Fiesta”, 2000.
                                        
                                      
                                   
                                  
                                    
                                      
                                      [13]
                                      
                                       Koldobika G. Vío, Pasarela Edumoda,
                                        Ciudad Real, Ñaque, Serie Literatura, 1998.
                                        
                                      
                                   
                                  
                                    
                                      
                                      [14]
                                      
                                       Julia Ruiz
                                        Carazo, El gran traje. Il. Elena Díaz, Madrid, ASSITEJ-España, 2003.