6.4.
Modelos de relación del niño consigo mismo
Finalmente,
también hay un grupo de textos que tratan sobre la relación del niño consigo
mismo, y en los que generalmente el personaje protagonista sufre un proceso por
el que llega a un mayor grado de autoaceptación. En
realidad, en la mayoría de los textos para niños hay un personaje o héroe, con
el que el niño ha de identificarse, que supera una serie de pruebas mediante
las cuales alcanza un grado de realización personal y de autoaceptación superior a aquel del que partía. Recordemos que, tal como señaló Bruno Bettelheim en su obra Psicoanálisis
de los cuentos de hadas, estos cuentos –y, por tanto, también las obras
teatrales basadas en ellos– ayudan al desarrollo psicológico y social del niño,
ya que le permiten enfrentarse de forma simbólica a obstáculos que son reales y
que supera mediante la identificación con el héroe. De algún modo, estos
cuentos representan la esencia del proceso de desarrollo humano y logran que el
niño se comprometa con él, además de proporcionarle una satisfacción
inconsciente. Sin embargo, aunque de forma implícita esto esté presente en
muchas de las obras teatrales para niños, sólo en algunas de ellas se aborda
este tema de forma explícita como motivo principal de la obra.
Entre las obras ya mencionadas que abordaban el tema se
encuentran El enigma del doctor Mabuso,
de Tomás Afán, donde nos encontrábamos a un protagonista que al inicio de la
obra sufre complejos de todo tipo, y que se sorprende a sí mismo superando
pruebas de las que no se creía capaz; y Blancanieves y los 7 enanitos
gigantes, de Jesús Campos García, obra en la que los enanitos
pierden el miedo que les tenía atenazados en el momento en que modifican el
concepto que tienen de sí mismos.
Entre las obras cuyo motivo principal y central es la
relación con el propio proceso de crecimiento, la más paradigmática sin duda es Peter Pan, de James M. Barrie
[1]
,
en cuya introducción se dice claramente que su propósito es “hacer reflexionar
a todos –y más todavía a los adolescentes– sobre algo que ocupa y preocupa a todas
las personas: el riesgo de crecer y llegar a ser quienes somos”. Sobre el mismo
tema, trata Las niñas que no querían crecer, de Montxo Iturbide
[2]
.
Y en sentido contrario, en El príncipe no quiere ser niño,
de Antonio Robles, nos encontrábamos ante un protagonista que se obceca en
hacerse mayor antes de tiempo, aunque finalmente se reconcilia con su condición
de niño.
En ¡Chócala! La
historia de Marikrís, de Enkarni Genua, se nos cuenta, en palabras de su autora, “la
historia de una niña que de tanto llorar por tonterías no consigue crecer, y
que piensa que el mundo se acaba donde termina su cuarto de jugar
[3]
”. Marikrís, que ha sido educada como una niña caprichosa y consentida, tiene problemas
para insertarse entre sus compañeros de grupo, y ello le produce tristeza, ya
que ella, según la metáfora que utiliza la autora, en lugar de crecer,
disminuye. Gracias al pájaro Txoria, que la enseña a
compartir, supera esta situación.
La
timidez excesiva y el miedo a enfrentarse al mundo exterior es el tema abordado
en El árbol miedoso, de Inmaculada
Díaz
[4]
,
dirigido a primeros lectores y con divertidas ilustraciones de Rafael Salmerón.
Los propios miedos y fantasmas son también el tema de El espejo de los monstruos, de Paco Abril, ya comentada con
anterioridad. En la también citada Patatín, Patatán, Patatón, de
Juan Alfonso Gil Albors, el personaje protagonista se
muestra acomplejado debido a su tartamudez; sin embargo, su humildad y su
capacidad de sacrificio (valores que estuvieron muy en boga en el teatro de la
posguerra, aunque aquí se trate de una obra actual) harán que sus compañeros le
reconozcan y le valoren. Otras obras que abordan este tema son El pepino que quería ser elefante, de
Pedro Catalán; Cardito Caracol, de
Inmaculada Díaz, y La niña que no sabía que
lo era, de Suri Sánchez, en la que la protagonista es una niña acomplejada
por lo que ella cree su “torpeza” en los juegos
[5]
.
[1]
James M. Barrie, Peter Pan, Madrid, Siruela, 1999. Il. Mabel Lucie Attwell.
[2]
Obra incluida en: Montxo Iturbide, Buscando al príncipe azul, Madrid, CCS,
col. “Escena y Fiesta”, 1997.
[3]
Obra incluida en:
E. Genua, Obras
para títeres, ob. cit.
[4]
Inmaculada Díaz, El árbol miedoso, León, Everest, col. “Montaña Encantada”, 2005.
[5]
Sury Sánchez, La niña
que no sabía que lo era, ob. cit.