Berta Muñoz Cáliz
Panorama de los textos teatrales...
     


 

6.3. Modelos de relación con la naturaleza

La relación con el entorno físico es otro de los núcleos temáticos de estas obras, y aquí se incluirían sobre todo las que tratan sobre el medio ambiente. La necesidad de despertar una conciencia ecológica desde las edades más tempranas ha sido un motivo que ha alentado a los autores a crear una serie de obras centradas en este tema, y en estrecha relación con las obras que abordan la necesidad de conservar la naturaleza, encontramos otras que tratan sobre las incomodidades de la vida en la gran ciudad (atascos, contaminación…).

Entre las obras que mantienen una actitud ecologista, de respeto al medio ambiente, se encuentran El baile de las ballenas, de Luis Matilla, que trata de concienciar a favor de la conservación de esta especie, y El bosque fantástico, del mismo autor [1] , obra en la que un muchacho intenta salvar al bosque del peligro que suponen unas máquinas de talar. También de Luis Matilla es El árbol de Julia [2] , obra en la que la protagonista –inspirada en el caso real de una joven canadiense cuya aventura reflejó la prensa de todo el mundo- lucha para salvar de la tala a una sequoia centenaria. La peripecia de Julia, lejos de quedarse en una aventura personal, acaba cobrando trascendencia social cuando los propietarios del terreno, las autoridades, los vecinos del pueblo y los medios de comunicación se impliquen en el tema. De este modo, la intrépida niña (cuya actitud contrasta con la de su temerosa amiga Irene) incita a sus lectores a ser valientes y a luchar por aquello que les importa, con lo que el texto no sólo defiende la naturaleza, sino también una actitud de valentía y de compromiso.

Eureka Mari, la última Lamiña, obra para títeres de Enkarni Genua [3] , recrea la relación entre una lamiña (personaje de la mitología vasca) y un pastor, relación ante la cual los lugareños reaccionan intentando contaminar el río para que esta se marche. Tal como señalan L. Lara y N. Morcillo, en este texto hay dos mensajes evidentes: “la apuesta por el respeto a la naturaleza y la crítica al rechazo del diferente” [4] .

El parque enfermo, de Damián Cañas [5] , es un álbum ilustrado dirigido a niños desde 6 años, que presenta un tratamiento ingenuo y tierno del tema (es la historia de un parque en el que sus árboles enferman, hasta que un mendigo los abona). También para los más pequeños, El labrador y el castaño, de Antonio Gómez Yebra, cuenta la historia de un castaño que se queja cuando un labrador va a cortarlo, y ¡Menudo latazo!, del mismo autor [6] , intenta concienciar acerca de los perjuicios de pescar peces pequeños y de echar desperdicios al mar. El espíritu del bosque, de Miguel Sandín [7] , para niños a partir de 8 años, cuenta las aventuras de los habitantes del bosque para hacer creer a los especuladores, que quieren talarlo para construir una urbanización, que se trata de un bosque encantado.

Y desde un tratamiento disparatado, Pelosverdes, de José González Torices [8] , cuenta la historia de un científico loco que defiende al único árbol que queda en su pueblo, con la esperanza de hacerle hablar. En esta obra, tan disparatada e irracional resulta la postura del científico como la del especulador que quiere cortar el árbol, aunque al final se hace una defensa explícita de la necesidad de conservar la naturaleza.

Aventuras en la Antártida, de Adriana Alarco, trata sobre las aventuras de un grupo de pingüinos que viajan desde las costas de Perú hacia el Polo Sur [9] . Uno de los personajes va explicando el recorrido, con una finalidad claramente didáctica, la de dar a conocer unos paisajes y hacer un llamamiento a los jóvenes para que eviten su destrucción.

La otra cara de esta temática la constituyen aquellos textos que tratan sobre los problemas de la vida en las grandes ciudades, como la contaminación o los atascos, entre los que se encuentran La pequeña conquista de la ciudad y Los cuatro elementos, ambas de Fernando Herrero [10] , obras sobre las muchas incomodidades cotidianas que hacen hostil la vida en la gran ciudad y sobre los peligros de la contaminación, respectivamente. La contaminación aparece también tratada en El país sin nombre, de José Cañas (a partir de 10 años) [11] , obra en la que, debido a una sustancia utilizada en una fábrica próxima a una ciudad, los habitantes de esa ciudad pierden la memoria.

Los atascos son el tema de ¡Atasco!, álbum ilustrado con texto de Ángeles Jiménez Soria y Pablo Prestifilippo [12] , dirigido a niños desde 6 años, y El atasco, de Fernando Almena [13] . En el caso de la primera, el atasco es ante todo un pretexto para armar un enredo, con multitud de personajes variopintos y situaciones divertidas, sin que haya una finalidad didáctica en torno a este tema. La obra de Fernando Almena es una crítica a una forma de entender el progreso que hace la vida cada vez más hostil en las ciudades.

 



[1] Ambas se encuentran editadas en: Luis Matilla, Teatro para armar y desarmar, Madrid, Espasa Calpe, col. “Espasa Juvenil”, 1997.

[2] Luis Matilla, El árbol de Julia, Madrid, Anaya, col. “Sopa de Libros Teatro”, 2003.

[3] Obra incluida en: Enkarni Genua, Obras para títeres, Zaragoza, Teatro Arbolé y Cultural Caracola, col. “Titirilibros”, 1999.

[4] Lola Lara y Nicolás Morcillo, Teatro dentro y fuera del aula, ob. cit.

[5] Damián Cañas, El parque enfermo, León, Everest, col. “Montaña Encantada”, 1999.

[6] Ambas piezas están incluidas en: Antonio A. Gómez Yebra, Teatro muy breve, Madrid, CCS, col. “Galería del Unicornio”, 1998.

[7] En: Miguel Sandín, Haciendo diabluras, Madrid, CCS, col. “Escena y Fiesta”, 1997,

[8] José González Torices, Pelosverdes, ob. cit.

[9] Adriana Alarco Soldi, Aventuras en la Antártida. (Incluida en: Adriana Alarco, Henry Díaz Vargas, María Inés Falcón y Vicente Leal Galbis, Obras Galardonadas en el I Concurso Iberoamericano de Dramaturgia Infantil, Bilbao, Centro de Documentación de Títeres de Bilbao, 1993.

[10] Ambas piezas están publicadas en: Fernando Herrero, Para los niños… (Teatro abierto), Valladolid, Caja España, 2000.

[11] José Cañas, El país sin nombre, León, Everest, col. “Montaña Encantada”, 2000. Il. Ada García Fernández.

[12] Ángeles Jiménez Soria, ¡Atasco!, León, Everest, col. “Montaña Encantada”, 2000. Il. y texto original de Pablo Prestifilippo.

[13] En: Fernando Almena, Teatro para escolares, León, Everest, 1991 (2ª ed.).